domingo, 19 de julio de 2009

La historia de tu vida

Probando, probando.
Aquí solo, sentado en un reconfortante filtro de soledad, veo el cielo azul y ecuánime que se extiende hasta más el allá. El sol es absoluto y ardiente justo delante de mí. Este es un día precioso, y será precioso para siempre.
Tengo apretado el botón de la grabadora.
Probando, probando.
Mientras las lenguas de fuego narantas y amarillentas se retuercen sobre todo lo que queda de este rascacielos. Las escaleras de los camiones de bomberos sólo llegan hasta el octavo piso. Si estáis en el piso número doscientos cincuenta y cuatro de un rascacielos en llamas lo tenéis jodido.
Si estáis escuchando esto, es que yo estoy muerto.
Y ésta es mi autobiografía.
En ella se cuenta la historia de Chester Branson. La historia de lo que todo salió mal, la historia de lo que nunca debió haber sucedido.
Probando, probando.
Estoy atrapado en mi vida, en el piso de un gran rascacielos, y el ecuánime cielo azul se acerca cada vez más deprisa. Tal vez mi historia termine envuelta en llamas. Tal vez esta cinta nunca llegue a ser escuchada.
Pero no me importa, sólo quiero dejar constancia de la existencia de un persona que realmente nunca vivió como tal. ¿Y si no se vive como persona, se puede morir como persona?
Ojalá pudiese irme y dejar atrás la vieja historia de mi vida. Porque hay muchas cosas que quisiera cambiar, pero ya no puedo. Ya está todo hecho. Ahora no es más que una historia.
Probando, probando.
Mi nombre es Chester Branson, y tengo treinta y tres años. Y es de lo más irónico, pero ahora siempre tendré treinta y tres años.
Y no seré nada. Me limitaré a ser una dedicatoria pobre en una lápida.
Sube al cielo, quizás.
Tu familia te acompañará siempre, tal vez.
A lo mejor, fue un fracasado para el mundo, fue el mundo para mí.
No lo sé. Y no me importa.
Ahora siempre sólo seré el recuerdo angustioso que os impida dormir. Tal vez me limite a ser un ramo de flores al año depositado sobre una tumba.
Probando, probando.
Trabajaba aquí, en esta oficina. No hay nada como una lista para ver la línea recta que va de la vida a la muerte. Mi vida se reducía a limpiar los despachos de jefatura los lunes. A limpiar los cristales los miércoles.
Según esa lista, ahora debería estar limpiando los ciento setenta despachos.
Con este sistema, toda tu vida se reduce a puntos en una lista. Tareas que cumplir. Toda tu vida aparece ante tus ojos, plana. La distancia más corta entre dos puntos es una línea temporal, el horario, un mapa de tu tiempo, el itinerario del resto de tu vida.
Probando, probando.
Jueves, 6:20 PM: quitar el polvo a los ordenadores.
Viernes, 12:30 AM: vaciar todas las papeleras y sacar la basura.
Sábado, 9:00 PM: morir incendiado.
La muerte no tiene nada de enigmático. Nada de heróico. Nada de doloroso. Sólo es otro punto de tu vida que cumplir. Para bien o para mal, es el último punto. Y entonces la libertad, la muerte. Tan perfecta, tan compleja. Creed en mí y moriréis para siempre.
Probando, probando.
Un helicóptero de la policía pasa junto a la ventana surcando el cielo, mientras yo me esfuerzo por morir.
El fuego me abrasa. Pero no duele. Por lo menos no de la manera que solía doler. Porque ahora, este dolor físico es lo único que tengo. Este dolor es mío, y de nadie más, y porque duela no se va a ir. Este dolor físico es lo único que me hace sentir vivo. Es lo único realmente mío, lo único que puedo crear en mí. El dolor es lo más puro que existe.
Probando, probando.
Aquí la vida y la muerte de Chester Branson. El cielo es azul y justo en todas direcciones. El sol es total y potente. Este es un día precioso, y será precioso para siempre.
Aquí, a continuación, la historia de Chester Branson. La historia de su vida. Lo que todo salió mal. Lo que tal vez nunca debió haber sucedido.
Probando, proban...

1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho esta entrada, de veras.
    Tiene una estructura muy original. Me gusta como escribes, tienes una forma de escribir muy personal, digamos que no caes en los tópicos :)

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