jueves, 3 de septiembre de 2009

Hartos de todo (I)

Mi enjuto rostro se contrae desde el otro lado del espejo y deja paso a una media sonrisa nerviosa, mientras me mira con esos enormes ojos glaciales. Exactamente, efectúo ocasionales visitas a los lavabos, aunque siempre para ingerir en lugar de excretar. Pero incluso mientras me meto por la tocha media economía colombiana, la cara hundida y mortífera del otro lado del espejo me evidencia la triste realidad: la coca me aburre. Nos abure a todos. Somos unos capullos apáticos hartos de todo, en un lugar que odiamos, destrozándonos con drogas de mierda para hacer frente a la sensación de que la verdadera vida transcurre en otra parte. Conscientes de que lo único que hacemos es alimentar la paranoia y el desencanto, pero pese a ello, siendo demasiado apáticos para dejarlo. Porque, por desgracia -o no-, no hay nada que tenga el sucifiente interés para dejarlo.
En cosa de diapositivas han pasado tres días y estamos en un piso para pegarle al crack mientras un capullo habla sobre todo lo que le costó conseguir el material y que más vale que lo paguemos o nos vayamos a tomar por culo. Los billetes arrugados aparecen a regañadientes mientras el tufo a amoníaco inunda el ambiente. Siempre que esa horrible pipa toca mis labios, haciéndome ampollas, me entra una sensación de derrota y de náusea hasta que la calada me envía al otro extremo de la habitación: frío, helado, contento, pagado de mí mismo, diciendo chorradas y tramando planes para dominar el planeta.

4 comentarios:

  1. Sé que nunca he comentado en tu blog, pero lo cierto es que hace tiempo que te sigo y me encanta.

    Te he dejado un regalo en mi blog =]

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  2. Que bien descrito y que realista.

    Me gusta mucho.

    Un saludin!!

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