lunes, 22 de junio de 2009

Coma

El Cielo no está tan mal. Los ángeles que me cuidan trabajan por turnos repartidos en horas. Siempre vienen a mi habitación y me hablan. Me hablan sobre ellos, sobre sus vidas. Me ponen al tanto de las noticias de la Tierra.
Me dan de comer por un tubo, y, una vez a la semana, me limpian y me asean.
La gente me escribe al Cielo. Me mandan cartas; los ángeles me leen las cartas. Me envían cartas desde la Tierra y los ángeles me las leen. En ellas me cuentan sus vidas. Me dicen que me quieren, y que no pueden creer que esto haya ocurrido. Me dicen que me recuperaré y que pronto volveré a estar con ellos. Que pronto volveré a reír, y a llorar a sus lados. Que pronto volveré a ser feliz con ellos. Me dicen que se acuerdan de mí y que no pueden creer porqué lo hice.
Si hubiese teléfono en el Cielo les llamaría. No me evadiría de las conversasciones como antes, y hablaría con ellos largo y tendido. Les diría que por el Cielo todo va bien y que no se preocupasen más por mí. Que esto es mejor que la vida real. Les diría que no me maté con aquella pistola, que en realidad me salvé a mí mismo. Les diría que me olvidasen, que se salvasen a ellos mismos olvidándome. Que yo me seguía acordando de ellos. Que les esperaré al otro lado.

A veces recibo visitas. De mis padres y de mis amigos. De mi hermano y de mis compañeros de trabajo. De todas aquellas personas con las que compartí mi tiempo. Siento sus presencias, puedo oír sus voces. Soy feliz, pero puedo sentir su dolor. Sus lágrimas.
Ellos aún están en la Tierra, y me dicen que pronto volveré. A veces me traen flores; huelo sus aromas. A veces me leen las poesías que me han dedicado.
Entonces lloran, sus preciosas voces se ven convulsionadas por las lágrimas. Están tristes; furiosos y tristes; porque yo estoy en el Cielo y ellos en la Tierra. A veces me piden perdón, otras veces me piden otra oportunidad. Otra oportunidad para decirme lo mucho que me quisieron en vida, y para hacerme saber lo mucho que significo para ellos. Me piden perdón por no haberme dicho nunca todo lo que nunca me dijeron, todo lo que les importo. Lloran porque me están abriendo sus corazones y creen que no los puedo escuchar.
Pero yo sí les escucho. Y sólo con que pudiese decírselo, sólo con que consiguiese abrazarlos y devolverles las lágrimas. Sólo con eso, el Cielo sería perfecto.

Siempre me piden que vuelva. Siempre, entre lágrimas, lo dicen: "Por favor, vuelve ya".
Pero.
Pero yo no quiero volver. Todavía no.
Porque.
Porque a veces, algunas veces viene un ángel muy especial a visitarme. Siento su tacto reconfortante y su aliento cálido. Siento su voz aterciopelada que dice: "Te quiero". Y dice: "Te echamos de menos".
Y me abraza y llora. Me besa y repite: "Te amo". Entonces yo siento como una lágrima de mi dolor fluye a la superficie. Ella la recoge con el dedo índice y se la lleva a los labios.
Y entonces dice: "Sé que puedes oírme, lo sé".

3 comentarios:

  1. Impresionante, bonito, doloroso y de algún modo esperanzador. 'Todavía no', significa que algún día volverá, aunque no sea hoy, ¿No?
    Textos amorosos y cursis hay en blogs últimamente para reventar, desde que a las adolescentes quice/dieciséis/diecisiete-añeras nos ha dado por crear de éstas páginas, aunque debo decir que fui de las pioneras, de cuando Blogspot sólo era un lugar conocido para los informáticos y para los novelistas, no una moda. No soy mucho de escribir cosas de éstas, pero ése necesitaba 'expulsarlo' y ¿qué mejor lugar para hacerlo que el sitio en donde a golpe de metáfora vuelco todo lo que llevo dentro? Creo que con ésta clase de textos todo el mundo se siente identificado, porque cuando lees te miras al espejo a ti mismo, y ves tus propias experiencias, tan parecidas a las del resto del mundo -en la mayoría de casos-, en las experiencias del otro.
    Muá :*

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  2. PD: acabo de terminar de leer 'diario de un yonki'. Buenísimo, de verdad. No suelo llorar, ni reírme, ni emocionarme, ni nada de eso con ninguna historia -lo que no quita que disfrute de la lectura-, y sin embargo la tuya ha conseguido que se me encoja el estómago.

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